El pasado 24 de junio, el diario El País recogía un nuevo caso de suplantación de identidad que, en esta ocasión, ha dejado a una mujer de 30 años con numerosas multas y deudas que no le corresponden. Y es que la falsificación de una firma puede desembocar en una auténtica pesadilla para los suplantados, por lo que muchos se preguntan: ¿cómo pueden evitarse estas situaciones? La respuesta es muy sencilla: con la firma biométrica. Hoy lo contamos en nuestro blog.
Multas y deudas por una firma que no es la suya
“Una vida embargada por una firma falsa” así se titula el artículo de El País sobre Daihana Giraldo, la mujer que lleva más de un año intentando poner fin a la avalancha de deudas que ha contraído por una firma que no es la suya. Actualmente cuenta con 42 cartas de embargo y, según indica el medio, todo comenzó cuando alguien se hizo pasar por ella para comprar un coche de segunda mano y conducirlo “como un suicida”, lo que acarreó numerosas multas a la afectada.
Pese a que Giraldo denunció el caso y presentó algunas pruebas para intentar demostrar que se trataba de un delito de fraude, la Fiscalía consideró que no eran suficientes, sugiriendo así que se archivara el caso. Es aquí donde la firma biométrica podría haber cambiado la situación de la acusada, permitiendo demostrar con total seguridad si realmente firmó esos documentos.
¿Qué es la firma biométrica?
También conocida como firma electrónica avanzada (según el reglamento europeo eIDAS), la firma biométrica es un sistema que permite capturar ciertos parámetros biométricos, asociados a la característica particular del firmante, cuando se realiza una firma manuscrita en un dispositivo electrónico (tableta digitalizadora) específico para esta función.
Así, la firma biométrica no solo contiene el grafo propiamente dicho, también incluye información biométrica derivada del mismo y capturada a través de la pantalla del terminal de firma; como la presión, ángulo de inclinación, velocidad, etc. Estos datos se cifran para vincularse de forma unívoca con el documento electrónico firmado.
¿Cómo evita el fraude la firma biométrica?
Con la firma biométrica se puede identificar al firmante de forma inequívoca, para ello se analizan los datos biométricos del trazo y se comprueba si estos coinciden con los registrados previamente. De esta forma, la firma biométrica se considera una prueba con plena validez legal en juicios.
Además, cuando se firma un documento mediante la firma biométrica esta ofrece garantía total (al asociarse y cifrarse de manera conjunta) de que el contenido que se ha firmado no ha sido alterado o modificado desde el momento en el que se realizó la firma.
No es la primera vez que hablamos en nuestro blog sobre cómo la firma biométrica puede evitar la falsificación de documentos; ya explicamos cómo la falsificación de las firmas del acta del máster universitario de Cristina Cifuentes no se habría producido si la Universidad Rey Juan Carlos hubiese contado con los dispositivos necesarios y con un sistema de firma biométrica, ya que habría impedido que se emitiese el acta del máster al detectar una anomalía en las firmas. No hay dudas de que la firma biométrica es la mejor solución para evitar la suplantación de identidad y no correr riesgos en casos de estafa o fraude.